La Sociedad del Cansancio a la Luz del Marxismo: Crítica a la Explotación en la Era de la Productividad Perpetua

En un mundo caracterizado por la constante conectividad y la búsqueda incesante de productividad, el agotamiento se ha vuelto un compañero omnipresente en nuestras vidas. "La sociedad del cansancio", la obra del filósofo surcoreano Byung-Chul Han, arroja luz sobre este fenómeno y nos invita a cuestionar sus raíces en el sistema económico predominante: el capitalismo. En este artículo, exploraremos las ideas de Han desde una perspectiva marxista, examinando cómo el agotamiento se ha convertido en una herramienta de explotación en la sociedad contemporánea.

Fig 1. Portada La sociedad del Cansancio

1. Alienación y Autoexplotación:

En la teoría marxista, la alienación se refiere a la desconexión que los trabajadores experimentan con respecto a su propio trabajo debido a la división del trabajo capitalista. Hoy en día, observamos una nueva forma de alienación en la sociedad del cansancio, caracterizada por la autoexplotación voluntaria. La presión constante para estar siempre conectados y producir sin cesar nos desconecta de nosotros mismos, generando una sensación de vacío y alienación. En lugar de ser impuestos por un empleador, estos estándares de autoexigencia son autogenerados en un esfuerzo por mantenerse competitivos en una sociedad que valora la productividad constante.

2. De la Producción al Hipertrabajo:

El marxismo tradicional se centraba en la explotación en el lugar de trabajo, donde los trabajadores eran explotados por los dueños de los medios de producción. Han argumenta que en la sociedad contemporánea, el agotamiento no proviene solo del trabajo en sí, sino de la sobreexposición al trabajo y la sobreproducción. Esto se manifiesta en lo que él llama "hipertrabajo". El hipertrabajo se caracteriza por largas horas laborales y la presión constante para ser productivo, incluso en áreas de la vida que antes estaban fuera del ámbito laboral. Esto no solo conduce a la fatiga física y mental, sino que también perpetúa un ciclo de autoexplotación.

3. Fetichismo de la Mercancía y Consumismo:

El marxismo identifica el fetichismo de la mercancía como la tendencia a atribuir cualidades mágicas a los productos, desviando la atención de las relaciones sociales subyacentes en la producción. En la sociedad del cansancio, el consumismo y la búsqueda constante de novedades tecnológicas pueden verse como una forma de fetichismo de la mercancía. La búsqueda de satisfacción personal a través de la adquisición constante de bienes y servicios contribuye a la fatiga y el agotamiento, mientras enriquece a las grandes corporaciones que controlan la producción y la distribución de estos productos.

4. Acumulación y Psicología Capitalista:

Marx argumentaba que el capitalismo se basa en la búsqueda constante de beneficios y la acumulación de capital. Han sugiere que esta lógica de acumulación se ha internalizado en la psicología de las personas en la sociedad del cansancio. La búsqueda implacable de productividad y éxito personal, incluso a expensas de la salud y el bienestar, refleja la influencia del capitalismo en nuestras vidas. Esta mentalidad de acumulación no se limita al ámbito económico, sino que también se aplica a la acumulación de experiencias, conexiones y reconocimiento social, lo que genera aún más presión y agotamiento.

Conclusión:

"La sociedad del cansancio" de Byung-Chul Han nos ofrece una perspicaz crítica marxista de la sociedad contemporánea, donde el agotamiento se ha convertido en una herramienta de explotación. Al explorar conceptos como alienación, hipertrabajo, consumismo y acumulación, podemos comprender mejor cómo el capitalismo ha transformado nuestra forma de vida y cómo podemos abordar los desafíos que presenta.

En última instancia, esta obra nos desafía a repensar nuestra relación con el trabajo, el consumo y la búsqueda constante de productividad en un mundo que nos incita constantemente a estar cansados. Si queremos superar el agotamiento y la alienación en la sociedad del cansancio, debemos cuestionar el sistema que lo perpetúa y buscar formas alternativas de organización social y económica que prioricen el bienestar humano sobre la acumulación desenfrenada.